En una anterior entrada ya dejamos claro que la instrucción directa está relacionada con mejores resultados en educación que otros métodos de enseñanza menos directivos. No obstante, esto no significa que para determinados contenidos o aprendizajes otras metodologías no puedan ser también eficaces. Es labor del profesor decidir cuándo es mejor aplicar uno u otro estilo de enseñanza en función del objeto a aprender.
Hoy veremos los resultados de un estudio donde se comparó la influencia del aprendizaje colaborativo frente a la instrucción directa en la capacidad de toma de decisión de alumnos de primaria (Zhang y cols., 2016).
En el estudio participaron un total de 764 alumnos de 5º de Primaria de Estados Unidos. Se dividió a los participantes en tres grupos de la siguiente forma: un grupo experimental que trabajaba de forma colaborativa en el aula; otro grupo experimental, que recibía instrucción directa -donde el profesor dirigía completamente cada sesión-; y un tercer grupo control, que daba clase de la misma forma que lo venía haciendo siempre.
Durante 6 semanas, cada grupo trabajó sobre una misma unidad didáctica en las que se les planteaba un problema ficticio en el que tenían que gestionar un exceso de lobos salvajes dentro de una comunidad. La meta final era escribir una redacción acerca de si permitirían que la ciudad ficticia pudiera matar a las manadas de lobos que amenazaban la seguridad de sus ciudadanos. La unidad didáctica integraba contenidos de ciencias naturales y sociales, arte, economía y políticas públicas.
El problema que se les planteaba a los niños presentaba un dilema: mientras que matar a lo lobos era una medida que agradaría a los habitantes, hacerlo podía acarrear graves alteraciones en el ecosistema y en la cadena trófica, lo que tendría un impacto negativo en la economía local.
En este estudio, los autores plantearon la hipótesis inicial de que los alumnos que trabajaban en grupos colaborativos conseguirían mejores resultados en la tarea final que aquellos que trabajaban bajo instrucción directa. Según ellos, el hecho de trabajar en pequeños grupos, potenciaría la toma de decisiones activa al favorecer la discusión y el diálogo, mientras que en las clases de instrucción directa, los estudiantes se limitarían a cumplir un rol pasivo en el tiempo en el que siguen el razonamiento del profesor.
Tras las 6 semanas de intervención, los alumnos participantes realizaron una redacción sobre el tema y cumplimentaron un examen tipo test con 100 preguntas acerca de todo lo estudiado durante la unidad.
Los investigadores analizaron la calidad de las redacciones puntuando tres aspectos: la capacidad para comparar los pros y contras del dilema planteado, la capacidad para argumentar diferentes razones de su decisión, y el grado en el que consideraban unas razones más importantes que otras.
Los resultados obtenidos muestran que aquellos alumnos que trabajaron en grupos reducidos de forma colaborativa escribieron redacciones significativamente “mejores” que aquellos alumnos que sólo habían recibido instrucción directa para cada uno de los tres aspectos sobre la toma de decisiones que fueron analizados. Además, los alumnos del grupo de instrucción directa no obtuvieron mejores resultados que aquellos alumnos que no habían sido instruidos.
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Bibliografía
Zhang, X., Anderson, R. C., Morris, J., Miller, B., Nguyen-Jahiel, K. T., Lin, T. J., … & Latawiec, B. (2016). Improving children’s competence as decision makers: Contrasting effects of collaborative interaction and direct instruction. American Educational Research Journal, 53(1), 194-223.
Enlace al artículo original: http://journals.sagepub.com/doi/abs/10.3102/0002831215618663
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Artículo elaborado por el autor de este blog.