¿Qué necesita una empresa mediana para acometer una estrategia de Marketing de Contenidos? ¿Puede hacerlo por sí misma o debe confiar en proveedores externos, como una agencia o un consultor de Marketing? Este artículo introduce el concepto de Marketing de Contenidos, orientado a su incorporación en empresas medianas y qué debe tenerse en cuenta para aumentar su eficacia entre los usuarios.
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¿Qué es el Marketing de Contenidos?
Quizás la mejor forma de comprender en qué consiste el marketing de contenidos sea contraponiéndolo a la concepción clásica del marketing que, aunque bastante incompleta y muy limitada, es la que mejor entiende todo el mundo.
Así, en esta visión clásica del marketing, se pretende conseguir que los usuarios o clientes potenciales adquieran unos productos o contraten unos servicios cantándoles las alabanzas de éstos, intentando diferenciarlos de los similares que tenga la competencia.
En otras palabras, expresamos explícitamente nuestra intención de que compren un producto o servicio nuestro para cubrir alguna necesidad que tenga ese usuario y toda la comunicación con éste se basa en dicha premisa.
Sin embargo, en el marketing de contenidos no existe esta especie de “efecto llamada” ni hay una referencia explícita a nuestros productos o servicios. Quizás ni siquiera un referencia velada; como mucho, denominaciones propias de nuestro sector de mercado.
Entonces, ¿qué hace que un usuario se decida a comprarnos o contratarnos?
El marketing de contenidos pretende establecer un vínculo de afinidad entre la empresa y el usuario, de tal forma que cuando el usuario tenga una necesidad de un producto o servicio que esa empresa puede ofrecerle, el usuario la evoque en su mente y acuda a ella para que se la satisfaga.
Ahora bien, ¿cómo crear en la mente del usuario una imagen perdurable y positiva de la empresa? Observad que he remarcado “perdurable” y “positiva”. Aquí no sirve que hablen de nosotros aunque sea mal, no, sino que queremos que hablen (piensen) bien de nosotros y que ese concepto hacia nosotros se mantenga en el tiempo.
Para crear este vínculo, el marketing de contenidos propone ofrecer regularmente al usuario información (conocimiento sería quizás la palabra más conveniente), relacionada con nuestro sector o área de trabajo, que le resulte útil o le aporte valor en un momento determinado para cubrir una duda o necesidad puntual.
De esta forma, poco a poco la mente del usuario va creando una sensación de confianza y autoridad asociada a nuestra empresa (marca, en definitiva). Cuando este usuario, en algún momento del futuro, precise de un producto o servicio relacionados con nuestra actividad, nos evocará y acudirá a nosotros.
Observad que, en ambas perspectivas del marketing, el objetivo es el mismo: que nos compren o contraten. Lo que cambia es la forma de motivar al usuario para que lo haga y se convierta en cliente. Mientras la visión clásica del marketing “busca” al usuario (enfoque push), el marketing de contenidos “atrae” al usuario (enfoque pull).
¿Quién debe (puede) hacer el Marketing de Contenidos en una empresa?
Ahora que sabemos en qué consiste el marketing de contenidos y cuál es su propósito, la siguiente pregunta nos lleva a identificar quién o quiénes deben diseñar, ejecutar y monitorizar el Marketing de Contenidos de una empresa.
Como se comentó en el apartado anterior, el marketing de contenidos no consiste en una única acción puntual, ni siquiera en un conjunto cerrado de éstas, sino que puede extenderse indefinidamente en el tiempo. De igual forma, sus resultados no son inmediatos, sino que depende de cuándo surjan las necesidades de los usuarios.
Esto supone, como casi todo en Marketing Digital, que no solo debemos limitarnos a determinar qué contenido (esto es, la información y su formato) puede resultarle útil al usuario, sino que debemos medir el impacto de nuestras acciones; es decir, cuántos usuarios acceden a él y lo utilizan. Solo así, monitorizando y midiendo, podremos maximizar el alcance y utilidad de nuestros contenidos entre los usuarios.
Cuando una empresa decide iniciar una estrategia de Marketing de Contenidos, debe decidir la persona o equipo que asumirá la responsabilidad de su análisis, ejecución y seguimiento. En general, dispone de las siguientes posibilidades:
- Departamento de Marketing de la Empresa. Si la empresa es suficientemente grande para disponer de un departamento de Marketing, éste debería asumir este rol. Después de todo, ellos deberían conocer mejor que nadie (al menos, en teoría) qué conocimiento puede aportar la empresa a los usuarios. Sin embargo, si no tienen experiencia con el Marketing de Contenidos, es aconsejable que externalicen parte de sus funciones (ya se una agencia y un consultor) al menos el tiempo suficiente para formarse y conocer las posibilidades y alternativas del Marketing de Contenidos. Incluso aunque tenga experiencia, muchas veces una aportación externa proporciona una nueva visión que abra frentes que nunca habría contemplado el departamento.
- Asignación a uno o varios trabajadores, más o menos cualificados, de la empresa. Entramos en terreno peligroso. La empresa, ya sea por falta de presupuesto o por considerar que pueden abordarlo ellos mismos (por disponer de una idea simplista del Marketing de Contenidos), asigna este rol a uno o varios de sus trabajadores, preferentemente con “algún” conocimiento de Marketing… Solución muy lejana de la ideal que rara vez da buenos resultados, no solo porque estos empleados no tenga conocimientos suficientes para diseñar una estrategia adecuada, sino porque estarán más preocupados y concentrados en sus respectivas tareas, dejando el Marketing de Contenidos en segundo plano.
¿Qué debería hacer una empresa mediana? Normalmente, estas empresas no disponen de su propio departamente de Marketing, no tienen envergadura para ello, por lo que deberían optar por una Agencia o un Consultor de Marketing de Contenidos, en función de sus necesidades y el alcance que quieren alcanzar.
En ningún caso, la empresa debería asignar esta función a alguno o varios de sus empleados. No solo tienen sus propias obligaciones, sino que incluso una estrategia inadecuada puede suponer que cuando por fin un profesional de Marketing de Contenidos asuma esta función, deba dedicar parte de su tiempo (y, por tanto, presupuesto) para revertir acciones incorrectas o inadecuadas.
¿Qué ventajas conseguimos con el Marketing de Contenidos?
A estas alturas, ya debemos tener bastante claro qué es el Marketing de Contenidos y en quién (en quién no) debemos confiar su ejecución, pero posiblemente todavía no seamos capaces de vislumbrar las ventajas que tiene frente al Marketing tradicional (o, más exactamente, respecto a su enfoque push).
Quizás ya hayáis vislumbrado alguna de sus ventajas más destacadas (como la relevancia de marca o el aumento de confianza del usuario), pero otras no son tan evidentes. Démosles a continuación un repaso a todas ellas:
- Relevancia de marca. Como ya la hemos nombrado, que sea la primera ventaja que describamos. En lenguaje llano, significa que nuestra marca (la empresa) tenga suficiente peso en el usuario para que, cuando éste tenga una necesidad que nosotros podemos satisfacerle, seamos lo primero que le venga a la mente. Y éste es precisamente uno de los objetivos del marketing de contenidos, el conseguir establecer ese vínculo mental entre usuarios y empresa.
- Confianza y compromiso. Generar contenido útil y difundirlo requiere dedicación y horas de trabajo. Y eso el usuario lo sabe, aunque sea inconscientemente. Cuando un usuario observa que una empresa publica periódicamente contenido relevante (compromiso) y que en ocasiones este contenido le ha sido útil en un momento dado, esta combinación genera en él una sensación de confianza que le hará acudir a nosotros para comprar un producto o contratar un servicio.
- Captación de nuevos clientes. Al ofrecer libremente información útil a todos los usuarios a través de Internet, abrimos la posibilidad de que cualquiera de ellos pueda acceder y consultar nuestros contenidos cuando realizan búsquedas para resolver una duda que tengan. De esta forma, podemos llegar a clientes potenciales que, con otros métodos de Marketing, nos estarían vedados o muy costosos de alcanzar.
- Fidelización de clientes. Más importante que captar nuevos clientes es mantener los que ya tenemos. Si limitanos nuestra interacción con los usuarios al momento de la transacción, hay muchas posibilidades de que se vean atraídos por la competencia. Pero si mantenemos una canal de comunicación abierto con ellos, con contenido útil y relevante, siempre estaremos presente en su mente y sucumbirá más difícilmente ante nuestros competidores.
- Aumento de ventas/contrataciones. Por muchas vueltas que queramos darle, el objetivo final, sea directa o indirectamente, de cualquier estrategia de Marketing es que vendamos más o nos contraten más. Y el Marketing de Contenidos no iba a ser menos. Una estrategia bien diseñada, sostenida en el tiempo, conseguirá un aumento paulatino de nuestros clientes, no en oleadas, como podría ocurrir con otras modalidades, sino un crecimiento generalmente suave y sostenido, a medio-largo plazo.
- Planificación a medio-largo plazo. Para aumentar el impacto y éxito de una estrategia de Marketing de Contenidos, hace falta analizar y planificar con antelación cuáles serán nuestras acciones para cubrir varias semanas, incluso meses, por delante. Esta planificación, entre otros beneficios, nos permite hacer un mejor seguimiento del resultado de cada acción, adoptar medidas correctoras cuando hagan falta o algo ten simple como hacer una previsión de recursos, tanto económicos como humanos.
- Autoridad y Posicionamiento SEO. Sin contenido de calidad, Google no nos posicionará para el tráfico orgánico (esto es, búsquedas). Así de simple. Un buen contenido, por sí solo, tampoco garantiza buenas posiciones, pero una adecuada campaña de difusión y promoción conseguirá que sea enlazado desde otros sitios web, aumentando la autoridad del nuestro.
- Seguimiento e interacción con los usuarios. En Marketing existe una máxima, “medir, medir y medir”, para saber cómo funcionan nuestras estrategias y adaptarlas a las características de nuestro público objetivo. Muchas veces, este seguimiento solo se puede hacer por métodos indirectos. Sin embargo, el Marketing de Contenidos ofrece sistemas más directos de evaluación y valoración del impacto en los usuarios, además de ofrecer una vía de comunicación con éstos (por ejemplo, comentarios en los blogs o mensajes en las redes sociales).
Como véis, son muchas las ventajas que ofrece el Marketing de Contenidos. ¿Significa eso que debemos lanzarnos de cabeza para hacerlo? Pues no. Para que un Marketing de Contenidos funcione y aprovechemos todas estas ventajas, no podemos ir a lo loco, sino que debe estar bien diseñada y convenientemente ejecutada, como veremos más adelante.
Pero, ¿una empresa mediana necesita una Estrategia de Marketing de Contenidos?
Como ya vimos de pasada en el apartado de quién debe responsabilizarse de diseñar y ejecutar una estrategia de Marketing de Contenidos, las empresas medianas no suelen disponer de un departamento propio de Marketing o, si lo tiene, suele estar más centrado en campañas publicitarias y no tiene conocimientos ni experiencia en este tipo de estrategias.
Ante este panorama, ¿tiene sentido que dedique al Marketing de Contenidos una parte de su presupuesto asignado a marketing? Sobre todo si tenemos en cuenta que normalmente no puede permitirse grandes partidas presupuestarias con este fin y que el personal actualmente contratado deberá dedicarle parte de su, seguramente ya apretado, tiempo.
Pero en vez de detallar porqué una empresa mediana debería incorporar una estrategia de Marketing de Contenidos a su estrategia general de Marketing, veamos las consecuencias y los riesgos a los que incurre si no lo adoptara. A veces, ver las orejas al lobo consiguen mucho más efecto que gritar que viene el lobo… 😉
- Sin Marketing de Contenidos, la estrategia de posicionamiento web estará limitada a las páginas con la descripción corporativa y de productos o servicios en el sitio web, haciendo mucho más difícil (y costoso) posicionarlas para las palabras clave más competidas. Además, el Link Building natural estará muy, muy limitado. Pensadlo de esta forma: ¿cuánta gente va a querer enlazar con vuestra página de servicios?
- Los usuarios no tienen forma de conocernos, más que como un catálogo de productos y servicios, lo que significa que toda nuestra reputación estará basada en la credibilidad e impacto de campañas publicitarias puntuales y rápidas de olvidar, que no permanecen en la memoria del usuario. En ausencia de estas campañas, cuando el usuario tenga una necesidad que podríamos haberle satisfecho nosotros, no nos recordará y pensará en otros…
- El enfoque push requiere una inversión constante y continuada, pues su efecto es muy, muy efímero; prácticamente dura lo que dura la campaña. Pero los efectos del Marketing de Contenidos no solo perduran en el tiempo, sino que aumentan lenta y paulatinamente, pues contenidos anteriores pueden seguir siendo utilizados y compartido, mejorando aún más nuestra presencia de marca.
- Se perderían muchas oportunidades de negocio, pues estaríamos limitados al campo de acción de las campañas publicitarias. Para abarcar el área que podría alcanzar el Marketing de Contenidos necesitaría inversiones mucho mayores, con el agravante de que seguirían teniendo un efecto muy limitado en el tiempo.
- No dispondríamos de una herramienta tremendamente eficaz y relativamente barata para conocer a nuestros usuarios y adaptarnos a sus necesidades, ya sea por interacción directa con éstos (comentarios y mensajes en Redes Sociales) o por análisis de diversas métricas web (como el número de visitas, su duración o el porcentaje de rebote). Llegar a este tipo de conocimiento por otras vías (como encuestas o estudios de mercado) suelen ser costosos y de eficacia limitada.
Ante este panorama, la pregunta no debería ser si una empresa mediana debería abordar una estrategia de Marketing de Contenidos, sino cuánto tiempo puede permitirse no tener este tipo de estrategias integrada en el resto de sus estrategias de marketing.
Diseño de una Estrategia de Marketing de Contenidos
Como hemos comentado, cuando una empresa mediana quiere iniciar una estrategia de Marketing de Contenidos deberían acudir a un profesional, sea Agencia o Consultor, pues no solo tiene el conocimiento y la experiencia necesarios para maximizar el porcentaje de éxito, sino que puede aportar una nueva visión refrescante y nueva a las antiguas estrategias de Marketing de la empresa.
Pero ya sea porque decide acudir a un profesional o porque prefiera hacerlo por sí mismo, la empresa debe tener claro que una buena estrategia requiere un trabajo previo bastante concienzudo, constituido por varias etapas, para diseñarla y sea lo más productiva posible.
En líneas generales, el profesional contratado guiará a la empresa a través de los distintos pasos que deben realizarse, requiriendo toda la información necesaria para completar satisfactoriamente cada uno de ellos.
La empresa debe ser consciente de la importancia de esta fase de diseño y un conocimiento previo de estas etapas facilitarán la comprensión de su importancia dentro del proyecto de diseño de la estrategia de Marketing de Contenidos, motivando una mayor implicación y participación de la empresa en su elaboración, vitales para conseguir el mejor resultado posible.
Alternativamente, si la empresa hubiera decidido no contar con un profesional y delegar dicha responsabilidad a su propio departamento de Marketing o a un grupo selecto de empleados, las sucesivas etapas que se describen a continuación les podrá servir de referencia para iniciar su aventura.
El esquema general que veremos a continuación debe adaptarse a las características particulares de cada empresa y proyecto, y puede haber (de hecho, debería haber) diferencias entre estrategias de empresas distintas e incluso de una misma empresa pero con diferentes objetivos.
Para ilustrarlo, lo mejor es, una vez asimilado este esquema, estudiar en detalle el ejemplo de una estrategia exitosa, con el fin de ver cómo se ha puesto en práctica cada etapa del diseño de la estrategia de Marketing de Contenidos.
1. Definir objetivos de la estrategia
No solo qué queremos conseguir como resultado de ejecutar la estrategia, sino qué y cómo mediremos si estos objetivos están siendo alcanzados, para valorar si estamos yendo por buen camino o si debemos aplicar medidas correctoras.
En definitiva, deben ser objetivos “SMART”; es decir, eSpecíficos, Medibles, Alcanzables, Relevantes y en un Tiempo determinado.
Estos objetivos no tiene que ser necesariamente con el aumento de ventas o contrataciones, sino que dependen de la actividad de la empresa y de los objetivos de la estrategia global de la empresa. Porque, no lo olvidemos, una estrategia de Marketing, no solo la de contenidos, debe estar alineada con los objetivos de la estrategia corporativa para apoyarse mutuamente.
Algunos ejemplos de objetivos de la estrategia podrían ser:
- Aumento del porcentaje de ventas/contratos a través de Internet.
- Aumento del tráfico orgánico al sitio web (o a una determinada página de producto/servicio).
- Aumento del número de suscripciones al boletín informativo de la empresa.
- Aumento de la presencia de la empresa en las Redes Sociales.
- Mejorar la reputación de la marca (difícil de cuantificar, habría que definir cómo).
2. Analizar la situación actual
Quizás muchos penséis que esta etapa debería ser la primera: saber dónde estamos y qué podemos hacer. Sin embargo, en muchos casos prefiero hacerla después de definir los objetivos por una sencilla razón, sobre todo cuando la empresa ya tiene alguna estrategia de Marketing de Contenidos.
Si analizamos la situación actual antes de definir los objetivos, parte de éstos pueden verse influenciados por cómo se están haciendo ya las cosas (en caso de que ya hubiera alguna estrategia) o por la visión que nos transmite la empresa. Una “tabula rasa” suele facilitar una tormenta de ideas más espontánea y creativa.
Dicho esto, puede suceder que sea necesario revisar los objetivos, pues el análisis de la situación actual siempre puede aportar algún nuevo aspecto que se nos haya pasado por alto y que debamos incorporar entre nuestros objetivos.
En esta etapa no solo debemos limitarnos a conocernos a nosotros mismos (la empresa) y lo que se dice de nosotros en las RRSS, sino también qué está haciendo la competencia con sus propias estrategias de Marketing de Contenidos, evaluándolo por métodos indirectos (pues no tenemos acceso a sus métricas, como es normal), analizando su comportamiento y de sus usuarios en las redes sociales y el sitio web.
3. Crear perfil del público objetivo (target)
Cada sector de la población tiene necesidades distintas y diferentes formas de expresar o moverse a través de la redes. Esto significa que debemos adaptar nuestra estrategia a las peculiaridades de nuestro público objetivo, para facilitarle no solo el acceso a nuestro contenido sino que éste se encuentre en un formato que puedan manipular y asimilar fácil, intuitiva y con naturalidad.
En esta etapa, debería crearse una “persona” que reúna las características que tendría un individuo concreto de nuestro público objetivo y que será nuestra referencia para el resto de etapas del diseño de la estrategia.
Algunos parámetros para esta “persona” podrían ser:
- Nombre y apellidos. Sí, puede parecer raro, pero si le damos un nombre, lo personalizamos y nos involucramos más en conocerle.
- Datos demográficos. Lo habitual: edad, zona de residencia, sexo, ingresos, tamaño de la unidad familiar, tipo de vivienda, etc.
- Preferencias personales. Qué es lo que le gusta, qué le gusta hacer, cómo navega por Internet, cuáles son sus hábitos de compra, cómo realiza las búsquedas por Internet…
- ¿Cuáles son sus problemas? Para saber qué necesidades tiene y si alguna de éstas se pueden alinear con alguno de nuestro productos o servicios.
- ¿Cómo podemos satisfacer sus necesidades? Si ya podemos hacerlo con nuestro catálogo de productos o servicios, o si necesitamos hacer alguna adaptación para acercarnos a él.
4. Definir y crear contenidos
Según hayamos definido a nuestra “persona” y según cuáles sean los objetivos, ahora debemos decidir cómo serán los contenidos, orientados tanto a la “persona” como a los objetivos.
A la hora de generar contenidos, dos aspectos marcarán la diferencia con contenidos similares de la competencia:
- La utilidad de la información que proveamos,que nos habrá dado el análisis de nuestra “persona”.
- La creatividad de plasmar esa información, tanto en su exposición, con un storytelling atractivo, como en el formato, sea escrito, gráfico, audio o vídeo, en todas sus variantes.
En este aspecto, el contenido no debería tener referencias explícitas, o muy pocas y siempre justificadas por el contexto, de los productos o servicios de la empresa. No olvidemos que no estamos “vendiéndonos”, sino aportando valor y utilidad a los usuarios.
Tan pronto vean que hay algún interés por detrás, puede dudar de la credibilidad de la información que le damos.
5. Crear un calendario editorial
Quizás la etapa que más asusta a los responsable de generar y publicar los contenidos, pero casi las más esencial para garantizar un compromiso regular y periódico de la empresa para con sus usuarios y establecer una relación de confianza con ellos.
En el calendario editorial deberían incluirse al menos la siguiente información:
- Fecha de publicación de cada contenido.
- Temática que tratará ese contenido.
- Responsable de la generación de ese contenido.
- Formato de ese contenido, que puede verse complementado por otros formatos.
- Relaciones, si hubiera, con otros contenidos.
El calendario editorial está para cumplirse y su cumplimiento será crucial para crear esa imagen positiva de nuestra marca en la mente de nuestros usuarios.
Por ponerlo en términos más cotidianos, ¿en quién confiaríais más: en una persona que, por sistema, siempre llegar a todas partes o en aquella que siempre es puntual con sus compromisos?
6. SEO On-Page
Si no estás en Google, no existes. Así de simple. De nada sirve un contenido brillantemente redactado, con soporte de imágenes, infografías o vídeos, si Google no lo posiciona para nuestras palabras clave.
Cada contenido deberá atender una o una combinación de palabras clave. Debemos optimizarlo para que los rastreadores de Google lo detecten y el algoritmo actúen en consecuencia.
Unas nociones básicas de SEO On-Page suele ser suficiente para muchos casos, pero para sectores de mercado muy competidos, con palabras clave también muy competidas, sí que sería necesario con el apoyo de un Consultor SEO que diseñe una estrategia apropiada de posicionamiento orgánico.
Normalmente, tanto si se ha contratado a una Agencia como a un Consultor de Marketing, ambos pueden incorporar este tipo de servicios en su prestación, ampliándolo con SEO Off-Page para conseguir mayor efectividad.
7. Difundir y compartir el contenido
Una vez creado y publicado el contenido, no podemos limitarnos a sentarnos y esperar a que venga a vernos… no estamos en una calle de mucho tránsito por delante de nuestro escaparate.
Debemos llegar a los usuarios que están ahí fuera utilizando todas las herramientas que tengamos a nuestra disposición:
- Boletín de publicación de nuevo contenido a nuestros suscriptores.
- Compartir a través de nuestros perfiles en las Redes Sociales.
- Colocación de banners en diversas partes de nuestro sitio web o de nuestros colaboradores (partners).
- Facilitando la compartición del contenido desde su interior (esto eso, botones para compartir).
Cuidado en esta etapa: no todas los canales de difusión posibles son adecuados para nuestros propósitos, si no queremos perder tiempo en acciones que darán poco o ningún fruto.
Dado que conocemos el perfil de nuestro público objetivo (nuestra “persona”), deberemos promocionar nuestro contenidos en las Redes Sociales que frecuenten, con una estrategia Social Media diseñada a tal efecto, y así conseguir el mayor impacto y alcance posible de difusión.
No es que compartir en “todas” las RRSS resulte costoso (casi siempre será gratuito), pero requiere dedicación de tiempo, tanto para compartirlo como para analizar el alcance de su difusión. Y, a día de hoy, el tiempo es tan valioso como el dinero, máxime si no obtenemos ningún beneficio.
8. Medir y analizar el impacto de la estrategia
¿Cómo saber si nuestra estrategia de Marketing de Contenidos está funcionando? Para esta etapa, utilizaremos los objetivos que nos marcamos al inicio de diseñar la estrategia; esos que eran medibles y que ahora nos permitirán evaluar el grado de éxito de nuestras acciones.
Disponemos de mútiples herramientas para ello. Desde las que incluyen las propias Redes Sociales o herramientas similares de pago, para analizar cómo se han difundido y compartido nuestros contenidos a través de ellas, como herramientas de Analítica Web (como Google Analytics), para analizar el tráfico a nuestro sitio web.
A través de este análisis podemos averiguar muchas cosas sobre los gustos de nuestros usuarios y que podemos utilizar para mejorar la eficacia de nuestras acciones futuras. Por ejemplo:
- Qué temas provocan mayor interés entre los usuarios, dándonos ideas para futuras publicaciones.
- Qué días y horas las que consiguen mayor difusión entre los usuarios, por lo que podremos ajustar nuestro calendario de publicación.
- Cuáles son los canales que atraen más usuarios, lo que puede ayudarnos a perfilar aún mejor a nuestra “persona” y conseguir contenidos aún más relevantes.
- Qué formato de contenido tiene más aceptación entre los usuarios, para redefinir nuestras futuras publicaciones y conseguir aún mayor alcance.
Conclusiones
Como véis, una estrategia de Marketing de Contenidos no es simplemente crear contenidos y publicarlos, sino que detrás hay un trabajo considerable. ¿Qué consideras fundamental en el diseño de una estrategia de este tipo? ¿Crees que una empresa mediana puede tener éxito sin estas estrategias?
Imágenes: , elaboración propia.
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Etiquetas: Marketing Digital
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