juandon
Evidentemente este sería el esquema más “progre” que se usa hoy en día de la evaluación, pero para nada puedo estar de acuerdo con él, ya que no entiendo la evaluación como la “extensión del poder” de ninguna administracion, ni organización etc…
Si utilizamos la evaluación como metodología de aprendizaje, pensaremos en la evaluación de los métodos activos los cuáles requieren el uso de herramientas de evaluación. No es fácil elegir a su / su herramienta (s) y esta elección debe ser siempre de manera pertinente (en relación con las competencias, habilidades, objetivos…. La elección de los instrumentos de medida es importante señalar y recopilar datos y recoger indicadores. Tardif (2006) ofrece nueve principios básicos para el desarrollo de un sistema de evaluación para los estudiantes adquiridas mediante el aprendizaje activo:
1. Informar una progresión;
2. Piense competencia;
3. Determinar los recursos utilizados;
4. Identificar los recursos disponibles;
5. Identificar las situaciones;
6. Documento de la trayectoria;
7. Informe de la autonomía;
8. Emplear múltiples criterios;
9. Integrar las diferencias individuales.
Así mismo debemos hacernos hacernos las siguientes preguntas:
a-¿He reunido pruebas suficientes para afirmar que el estudiante progresa?
b-¿Yo he elegido las herramientas para medir el progreso?
c -¿He definido los criterios de éxito?
Estas cuestiones se refieren a los tres pilares (Tardif, 2006) en el que la evaluación del aprendizaje activo, obviamente no es la nuestra ; La Evaluación se encuentra en el corazón de la experiencia de aprendizaje : ¿cómo los alumnos son evaluados dando forma a su comprensión en el plan de estudios determinando su capacidad de progresar? Naturalmente yo creo que esto no sirve para nada, como ya he demostrado en múltiples ocasiones. Otra cosa es que los hábitos por “resistir” , lo cual sucede y mucho, sigan con sus evaluaciones segregadoras: de buenos y malos aprendices, de aprobados y sus pendidos, de los que superan cursos y de los que repitan…
El aprendiz debe participar en las tareas de aprendizaje que se adaptan a situaciones de “vida real”. En su preparación para este “mundo real”, tenemos el deber de considerar lo que los lugares de trabajo y comunidades requieren.
Muchas de las formas tradicionales de aprendizaje, tales como la memorización, y la evaluación en forma de opciones múltiples, desarrollar las habilidades que son útiles sólo en el ámbito escolar. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido que usar un examen de opción múltiple como parte de nuestro trabajo? El lugar de trabajo, por el contrario, va a exigir a los trabajadores que pueden “pensar críticamente y de manera estratégica para resolver problemas.
Para lograr una nueva manera de evaluación, personalizada y adaptada a cada persona, tendremos que considerar en primer lugar la computadora como una herramienta cognitiva para participar al alumno en las interacciones (los suyos y con otros) para construir una comprensión más completa más rica.
“Como una herramienta cognitiva, el equipo permite al alumno exteriorizar su pensamiento, para enriquecerla, manipularla y cambiarlo, todo mediante la interacción con el o los modelos más conceptuales en el equipo en la forma de un diálogo (ya sea real y llevado a cabo con otros o en la cabeza del alumno) …
Con todo ello:
a-la información y la tecnología de la comunicación deben ser utilizados por los aprendices para aprender en todo momento.
b-los buscadores de información, analizadores y evaluadores;
c-los solucionadores de problemas y tomadores de decisiones;
d-los comunicadores y colaboradores;
e-informados, los ciudadanos responsables y contribuyentes
Muchos pensadores sienten que la tecnología va a modificar lo que hacen los maestros. “El cambio más significativo es el cambio en el papel de un profesor del dispensador de conocimientos a los estudiantes a uno de ayudar a los estudiantes a adquirir conocimientos de una variedad de fuentes, lo que llamaos cambio de roles…
“Cuando hablamos de un cambio de roles, tanto sociales como educativos, no solo damos por hecho que las nuevas formas de entender y de hacer las cosas deben contemplarse bajo el prisma de las personas, eso ya lo damos por hecho. Los gobiernos y los docentes ya no son los protagonistas de esta nueva época. En esta nueva era el rey es el usuario, el aprendiz. Y su hábitat natural es la sociedad, su entorno vital.
Por tanto, gobiernos, docentes y demás instituciones deben pasar a un segundo plano. Esto no implica que pierdan importancia, pero sí que asuman un rol diferente: ayudar e incentivar a que el usuario sea el responsable de su propia educación, que tenga la LIBERTAD para hacer sus cosas. Para lo cual, deberán ayudarle, orientarle, y guiarle. Es decir, hacer de facilitadores; no trabajar con ellos, sino para ellos”.
“Debemos ser sus “asalariados”, eso si es un CAMBIO REAL DE ROLES, lo demás solo son “piruetas” para no hacer nada….
Quizás para superar estas resistencias al cambio podría empezar por una EVALUACIÓN continuada de de DESEMPEÑO, es decir …En la evaluación de desempeño (Juan Domingo Farnós), el supervisor examina el rendimiento laboral de un empleado y comparte con éste el análisis de los resultados obtenidos. La primera parte del capítulo se dedica al propósito de la evaluación de desempeño y la segunda a los pasos que podemos tomar para mejorar el proceso de comunicación aprendiz, empleado… sobre su rendimiento, no de los pasos más importantes, es la retroalimentación aplicada a ellos mismos. . Mientras que este paso ha sido motivo de mucha tensión tanto para el supervisor como para el subordinado, en este capítulo analizaremos un sistema de retroalimentación que resulta altamente favorable para ambos. ….http://cnr.berkeley.edu/ucce50/agro-laboral/7libro/06s.htm
Cualquiera sea el método de RETROALIMENTACIÓN que empleemos en cualquier escenarios de aprendizaje y que elijamos debe dar más trabajo para los estudiantes a actuar en consecuencia de lo que nosotros hemos facilitado, POR ELLO ES TAN IMPORTANTE QUE LOS APRENDICES SE RESPONSABILICEN DEL PROCESO DE EVALUACIÓN…
¿Existe una contra-evaluación? o lo qué debemos hacer es entender que evaluación=aprendizaje en la UNIVERSIDAD!
Si lo que pretendemos es establecer nuevas formas competenciales estratégicas en la nueva manera de entender el aprendizaje dentro del mundo universitario, necesitaremos reconsiderar la función de la evaluación, pensando y repensando nuevas maneras de entenderla y otras maneras de llevarla a cabo por medio de actividades.
Existen las actividades convencionales, que se dan en cualquier proceso de evaluación educativa que se aborde con rigor, como son:
a· Decidir la información a recoger de cara a la evaluación, especificando cómo y cuándo se hará.
b· Seleccionar y elaborar, en su caso, los instrumentos necesarios para la recogida y registro de la información.
c· Preparar, de forma explícita y diferenciada, la información sobre el sistema de evaluación y su proceso.
d· Recoger toda la información.
e· Valorar la información recogida.
f· Decidir el reparto de la calificación según la información recogida.
g· Poner la calificación.
h· Comunicar el resultado de la calificación a los estudiantes.
i· Pasar al acta provisional las calificaciones.
j· Atender las consultas de los alumnos sobre la evaluación.
j· Determinar las oportunidades de revisión, mejora y superación, si ha lugar.
k· Firmar las actas definitivas.
l· Sistematizar los resultados de la evaluación para posibilitar el análisis y reflexión en torno a los mismos.
Consideramos la participación, reflexión, colaboración, trabajo en equipo e investigación, como los aspectos fundamentales de la práctica educativa que rodean a nuestro modelo, aunque pensamos que había que aclarar qué entendemos por reflexión y por colaboración.
El concepto reflexión, como objetivo a conseguir en la formación de los profesores, hace necesaria algunas aclaraciones sobre su significado y contenido. Van Manen (1994) distingue tres niveles de reflexión.
1. Una reflexión centrada sobre técnicas precisas para alcanzar determinados objetivos educativos en la que no se cuestionan criterios de valor, sino sólo de utilidad y eficacia.
2. La reflexión se centra en la relación entre principios y práctica educativa, evaluando las consecuencias e implicaciones educativas de las acciones y creencias. Nos situamos en una perspectiva personal.
3. Este nivel de reflexión incorpora los matices morales y públicos a la reflexión educativa. Se hace presente el nexo entre la vida del aula y las fuerzas estructurales más amplias (sociedad, cultura, etc.).
Las actitudes que deberían fomentar los profesores para que posibiliten su pensamiento reflexivo son, como propuso :
1. Apertura de pensamiento. Deseo activo de escuchar, de analizar datos, de prestar una absoluta atención a las posibilidades y alternativas, de reconocer la posibilidad de error incluso en nuestras creencias más arraigadas. Es decir, este autor plantea una actitud de mente abierta que revise aquellos aspectos educativos que tradicionalmente se han dado por sentados y una revisión continua de la propia cultura.
2. Actitud de respuesta. Se hace necesario una actitud de elaboración de lo recibido y una reflexión práctica.
3. La culta actitud descrita por Dewey será el entusiasmo, el interés, la esperanza que suscita el pensar que estamos haciendo algo útil y que esto ha de ser necesariamente fruto de nuestra propia reflexión.
Además de cambiar la forma de realizar algunas de estas actividades, se ve necesario, incorporar otras actividades para evaluar competencias, tales como:
a· Verificar el sistema de evaluación y calificación que se seguirá -de acuerdo a un proceso de evaluación inicial, continua y final- y su adecuación a la programación de la asignatura.
b· Evidenciar la coherencia entre el desarrollo de la asignatura y la evaluación.
c· Desarrollar estrategias para facilitar la autoevaluación y la evaluación conjunta con otros colegas, a nivel de curso, materia o ciclo.
d· Compartir la información recogida con los estudiantes, teniendo en cuenta sus apreciaciones.
e· Ayudar a realizar una evaluación personal de lo que realmente ha aprendido el estudiante, de su compromiso como estudiante ejerciendo la autocrítica.
f· Hacer previsión de posibles fracasos de estudiantes en el avance de su proceso de aprendizaje y forma de recuperación.
g· Establecer fórmulas de aprovechamiento del aprendizaje de los estudiantes en cada semestre, curso o ciclo.
h· Elaborar informe de resultados/conformidad del estudiante acerca de la adquisición de las competencias específicas y genéricas propuestas como objetivo de aprendizaje.
La evaluación pasa a tener un gran protagonismo, ya que hay que contar con ella a la hora de la Planificación y de la Gestión de los Aprendizajes.
El rol del profesor y su formación, evidentemente, necesita una redefinición, no porque cambie su importancia, sino porque su actuación se hace más compleja y le obliga a profundizar en su profesionalidad como docente, sin abandonar su tarea investigadora. La docencia le abre una nueva oportunidad de investigar en torno a sus prácticas, así como para incorporar a los estudiantes en proyectos de investigación del ámbito profesional en que se mueva.
Dieudonné Leclerq, director del Laboratorio de apoyo a la enseñanza de Lieja, integra en una especie de rosa de los vientos.
El desfase existente entre una cultura de evaluación/examen y una cultura de evaluación/apoyo al desarrollo. Aunque se comprenda teóricamente el paso a dar, el cambio actitudinal suele ser una dificultad real entre el profesorado, por lo que conviene ser conscientes del proceso a seguir y adoptar comportamientos en consonancia con las fases que requiere el cambio.
El paso desde una cultura de evaluar para examinar y clasificar hacia una cultura de evaluar para educar o basada en competencias debe hacerse en varios frentes:
Conscientemente hay que:
-cambiar los objetivos de la evaluación,
-identificar los nuevos roles y funciones que juega la evaluación,
-aprender y manejar distintas técnicas de evaluación que estén en línea con los contenidos de competencia que se pretende evaluar,
–reflexionar y dejar bien sentado lo que el estudiante puede esperar de la evaluación:
1–En primer lugar, cambiar los objetivos de la evaluación supone reformular los objetivos en términos de competencia. La concepción de la competencia como realidad compleja, resultado de la integración de contenidos de distinta naturaleza, cognitivos, emocionales, conativos, normativos, ayudará a cambiar el objetivo de la evaluación. Se trata de evaluar comportamientos humanos complejos.
2–En segundo lugar, hay que identificar los nuevos roles y funciones de la evaluación, lo que quiere decir que hay que trascender el sentido de la medición y clasificación y llegar hasta la integración de la evaluación en el aprendizaje. La evaluación debe ayudar al estudiante a aprender sobre sí mismo y sobre los contenidos profesionales de las competencias, a globalizar informaciones parciales, a seguir las líneas de la estrategia marcada en el módulo o asignatura.
3–En tercer lugar, el profesorado debe diversificar su conocimiento y dominio de las técnicas de evaluación. Debe analizar los pros y contras de cada prueba y sus contenidos formativos. Ha de detectar con nitidez los contenidos de competencia incluidos en el desarrollo del Programa, que pasan desapercibidos a la hora de evaluar.
4 –En cuarto lugar, el profesorado ha de realizar una tarea pedagógica específica con el estudiante para que, desde el principio hasta el final aprecie, el valor positivo, la aportación de una buena evaluación. Y el gran interés que le supone aportar y obtener datos diversos y abundantes para realizar una evaluación justa, pero, sobre todo, formativa.
La evaluación de competencias es un proceso para valorar formalmente la conducta que demuestra el estudiante del dominio de la competencia en cuestión y proporcionarle una retroalimentación, con el fin de que pueda desaprender y hacer ajustes en la misma.
Según Levy-Leboyer (2000) la evaluación del desempeño de la competencia permite identificar las brechas existentes en el desempeño de las competencias, así como las conductas que se requieren para poder alcanzar las metas propuestas. Por otra parte, ofrece la oportunidad de adquirir nuevas competencias.
Con todo ello nos formamos la idea de una educación integral, ya no solo en el plano educativo como tal, si no dentro de un proceso de construcción socio-educativo y tecnológico que hará que llegar a la construcción de andamiajes competenciales sean más plurales, diversos y por tanto inclusivos, con lo que los nuevos roles, el aprendiz pasa a ser el responsable de todo el proceso de su educación (investigación, evaluación…) y los profesores en cambio se convierten en acompañantes, facilitadores, en una palabra, ayudantes de los primeros y de todas sus actuaciones…
Específicamente, ¿cuáles son sus intereses y qué es lo que los motiva acerca del aprendizaje? Además, ¿en qué componentes del curriculum encuentran dificultades y qué nivel de andamiaje es necesario para acortar la brecha entre lo que actualmente saben y lo que necesitan comprender? Los docentes deben considerar cómo asignar distintos roles a sus alumnos para que revelen su potencial propio y sus conocimientos. Sandholtz, Ringstaff, y Dwyer (1997) encontraron que los docentes dieron cuenta de incrementos beneficiosos en la colaboración e interacción entre los alumnos cuando la tecnología era integrada en sus clases. “Aparentemente tanto docentes como alumnos pueden sacar provecho del conocimiento y expertise de algunos alumnos, expandiendo además de este modo cada vez más la participación de estos alumnos en clase”.
Cuando vemos la educación como un esfuerzo integral, podemos determinar el valor real que los estudiantes deberían estar tomando lejos de su experiencia universitaria. Y entonces vemos que, a nivel macro, las competencias de gran capacidad de imagen como el pensamiento crítico, habilidades de resolución de problemas, y práctica (frente a sólo la posición teórica) el conocimiento son las claves para asegurar que nuestros graduados tienen las habilidades necesarias para tener éxito en el lugar de trabajo y convertirse en ciudadanos productivos. Y para mí, nos encontramos con el CBL que se trata de : cambiar el paradigma educativo para que el aprendizaje real, (no sólo percibida, si no que lo que necesite esté en primer lugar.
Y ara lograr posibles respuestas por parte de los alumnos, se requiere la puesta en juego de conocimientos y técnicas . Sus posibles soluciones no están restringidas por los dominios de contenidos que se han estudiado ni son predecibles o convergentes. Se espera que los estudiantes especifiquen los límites al problema, a través de suposiciones y juicios, expresando opiniones personales y fundamentadas en los contenidos de la materia. Esto favorece las discusiones entre los alumnos para definir las características principales del problema que motivó a los estudiantes a explorar el dominio del conocimiento requerido (feedback y flujos).
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